RR Rando Antillanca 2017 (en verdad esto es un RR?)
En realidad es difícil hacer un report de lo que es una carrera de rando (a.k.a SkiMo) o lo que se vive en una de estas, por que la verdad todo es tan corto e intenso que a penas uno cruza la linea de meta, como que todo se desvanece y solo queda en el recuerdo la sensación de la última bajada en dirección a la meta, pero otra parte, en menos de una hora de competencia pasan tantas cosas, que quizás si vale la pena escribir algo al respecto?
La Rando Antillanca tiene como el formato clásico europeo que significa: 4 carreras en 3 días, donde se corre; La “Sprint”, La “Duplas” (o equipos en algunos casos), La “Vertical Race” y La “Long Distance”. De todas estas modalidades uno va sacando puntajes que al final de la compe, dejan a los ganadores respectivos.
Usualmente, afuera no se suele correr todas las carreras (por que es como “poco sano”) pero en este caso; si uno quería pelear los primeros puestos, no convenía saltarse ninguna por que era demasiado el castigo por “no sumar”…además que siendo la única carrera de Rando este año en Chile, cómo no iba a correrlas todas?
~El Sprint~
El Sprint es como una patada -inesperada- directo a los dientes. Sobre todo cuándo vienes de estar sentado en el auto 11 horas (viaje SCL - Antillanca) y más aun, cuando no te has puestos los esquis en dos meses, como era mi caso.
El circuito de expertos era dos vueltas hasta el “Chucao”. Con una partida “suave” en el bosque que luego trepaba de frente al punto donde se hacia la 1ra transición para luego volver a bajar hasta el punto de partida y volver a repetir todo de nuevo. En resumen; era randonear, esquiar, volver a randonear y volver a esquiar, todo esto en el menor tiempo posible.
Los primeros segundos del Sprint, con el corazon en la mano y el sabor a metal en la garganta, son la gloria misma.
Si bien este año ya conocía el circuito y además a varios de los que estaban al lado mio compitiendo, esto no me dio nada de tranquilidad cuándo me toco salir del bosque a enfrentar la pared (antes de llegar al “Chucao”) y ver como dos de los competidores me pasaron por al lado mientras yo estaba dando la cacha zig-zagenado en un costado.
Luego de esos segundos tensos -para mi- en que pase de estar 2do a 4to en 10 metros, traté de engancharme en la misma linea de subida que iban haciendo todos y al menos me enchufé al ritmo de los que me habían pasado y pudimos llegar todos más o menos juntos a la primera transición.
Entre que estaba raja por la trepada final, más el hecho de que no hacía una transición ‘racing’ desde el año pasado, hice algo completamente ridículo y me saque el esqui para sacar la piel. Cuándo mi cabeza entendió que lo que estaba haciendo estaba completamente mal (esta transición se hace siempre sin la necesidad de sacarse los esquis; ganando valiosos segundos en este proceso) el 2do ya había empezado a bajar y menos mal que el 3ro (que no tenía set-up racing como el de nosotros) seguía a mi lado haciendo que no me sintiera tan mal conmigo por el papelón que estaba haciendo.
Al final termine saliendo 3ro de la transición y entre que había poca visibilidad y que esta era mi primera bajada en dos meses, los primeros cientos de metros fueron -casi- puro pánico. Recién me relaje un poco cuándo levante la cabeza y empecé a ver el final de la bajada, además de alcanzar al 2do que venía bajando no-tan-gloriosamente, lo cuál me dio un poco de tranquilidad. “No soy el único dando la cacha en la bajada, pensé”.
Llegue a donde empezaba la 2da vuelta en 2do lugar y acá ya estaba más despierto, así que pase rápido a modo rando y salí a ver si tenía alguna posibilidad de cazar a Daniel (más conocido como el Che de adonde en el relato).
Resultó que no hubo caso. Al final quede contento por haber asegurado el 2do lugar pero medio frustrado por los 5 minutos que me saco el Che. 5 minutos en una Sprint de Rando es básicamente una burla y me dejo claro, que una vez más, este año iba a ser difícil siquiera acercarme a su nivel…y eso que este año había hecho la inversión en comprarme mi set-up de carrera!
~Vertical Race~
La Vertical se supone que debería ser mi especialidad. Mal que mal, solo se tratar de agachar la cabeza, arrastrar las patas y jugar a casi vomitar los pulmones sin morir en el intento. Sin transiciones, sin bajadas.
Lamentablemente acá perdí mi oportunidad desde un principio cuándo tome la mala decisión de encajonarme semi-atrás (mi puta mentalidad de Trail, donde siempre pienso que habrá tiempo de pillar a todos) y perdí los primeros segundos de la carrera tratando de agarrar una buena posición.
En estas carreras TAN intensas, tu posición y la “linea” que eliges desde un comienzo es CLAVE si quieres llegar a estar arriba en la carrera. Perdí toda mi potencia inicial (y el aire de mis pulmones) tratando de encajarme detrás de la linea de los primeros 5, solo para terminar teniendo que parar (por completo) para arreglar una piel que se me había salido. Putos problemas técnicos.
Creo que esta fue la partida de la Vertical, donde se me puede ver al fondo a la izquierda. Uno pensaría que las partidas de estas carreras, sobre todo acá en Chile, son “relajadas” considerando lo jipy que muchas veces se ven los esquiadores…pero resulta que todos los cabros aman partir a fondo ! Foto: Chico Palmer
En la desesperación del momento, puse la piel a la rápida y no engancho como correspondía (es todo un tema esto) lo cuál significo que 3 minutos más tarde y después de haber hecho el esfuerzo de intentar recuperar posiciones -abriéndome por el lado de la nieve no pisada- la piel se me volviera a salir. La CTM. Mi cabeza explotaba junto con mi respiración pero ahora me tome los segundos extras para volver a encajar la piel cómo corresponde y esta vez me encomendé a San Kilian para que esta aguantara el resto de la subida sin volver a salirse.
Luego de este segundo impasse, el grupo ya se había desgranado un poco y los 6–7 primeros ya estaban encarando la primera parte empinada del recorrido con el Che lejos a la distancia. Lejos de ser lo que había visualizado para esta carrera.
Trate de no desesperarme y seguí la misma línea de todos cerro arriba (básicamente esto significa menos desgaste ya que uno no va “abriendo camino”) hasta llegar atrás de un trencito de 3 personas. Estuve un par de segundos (acá todo se siente que son segundos) juntando un poco de aire y fuerzas en las piernas y empecé la faena de recuperar posiciones. “Listo, ya voy 3ro de nuevo y me puedo calmar por unos minutos”. De todas maneras, levantar la vista y ver que el 1ro ya se fue a la mierda y el 2do esta no-tan-cerca-como-me-gustaría tampoco era reconfortante, sobre todo considerando que ya estábamos en la mitad de la trepada
Alcance la linea del 2do y lo ataque sin pensarlo mucho. Trate de empujar un poco para que no le dieran ganas de seguirme, pero acá el terreno se ponía más hostil y ahora la huella (solo abierta por un esquiador de adelante) estaba más compleja de seguir. Resulta que es mucho ‘más fácil’ seguir la huella de 5–6 esquiadores, que la de 1 solo, sobre todo con toda la nieve polvo que seguía cayendo en esos momentos.
Como la visibilidad era prácticamente nula, en ningún momento tenía idea de donde estaba la meta, lo cuál obviamente no ayudaba a relajarse mucho. Justo cuándo ya estaba sintiendo los esfuerzos de la trepada, más todo el desgaste de haber estado tratando de jugar al ‘corre que te pillo’, el 3ro empieza a respirarme en la nuca y siento que va a hacer la movida de pasarme. Ufff. Me muerdo la lengua y empujo el ritmo una vez más para tratar de salvar. Pasa 1 o 2 minutos y ya estoy jadeando como perro. Menos mal alcanzo a ver al Che y la llegada a la meta. “Se termino el sufrimiento” es lo que más pensaba una vez que me monté en la trepada final. Otro 2do lugar, pero ahora con un gusto medio amargo. Cosas del rando supongo.
Duplas
Como si los dos apaleos no hubieran sido suficientes, el mismo sábado en la tarde, teníamos la carrera de Duplas. Básicamente el mismo circuito del Sprint del Viernes, pero esta vez con un compañero. Y la única regla era que la dupla tenía que estar conformada por un “Experto” y un “Todo Competidor”.
A pesar de que se supone que esta iba a ser la carrera ‘simpática’ y relajada de la Rando Antillanca, igual -casi- todos terminamos empujando de nuevo. Mi partner tiene solo esta temporada de esqui en las piernas y esta es solo su 2da vez ‘randoneando’, así que ya sabíamos un poco a lo que nos enfrentábamos. Por otra parte, yo no podía darme el lujo de perder muchos puntos así que tampoco podíamos hacer la carrera en modo full recreativo. Teníamos que sumar si o si.
Hicimos un cambio de set-up y yo subí con los esquis pesados y el con los livianos, además, yo llegaba antes a las transiciones para hacérselas cosa de poder ganar tiempo sobre todo a la hora de la bajada. Lo único que voy a decir al respecto es: gracias brother !! No hay muchas personas que me aguantarían en “modo carrera” mandoneando y gritando como loquito. Contento y orgulloso de ver a mi partner esquiando y compitiendo en las condiciones que tuvimos, además de tener a otro rando lover en el club.
Mi partner esquiando como un campeon al final de su Long Distance.
Terminamos algo así como la dupla 8–9 así que algo de puntos sumamos y yo pude mantener mi 2do lugar en la general, pero por solo 12 puntitos. Todo se iba a definir al día siguiente en la Long Distance. Cero presión. Ja.
~Long Distance~
Lejos de despertar fresco de piernas y de pecho (por que desde el primer día que quede con el pecho apretado como cuándo haces un esfuerzo ‘grande’ en altura) me puse en la línea de partida con la convicción de que tenía que hacer -si o si -una buena carrera y que tenía que poner extra cuidado con los potenciales problemas técnicos que me podían hacer perder valiosos segundos.
Partimos y quede bien posicionado de entrada. Se notaba que ya teníamos dos días de competencia encima y además esta era la prueba más larga de todas, así que el ritmo fue harto más amigable que el vomita-sangre de siempre.
Antes de llegar a la primera curva ya estaba detrás del Che y esta vez decidido a tratar de seguirle el ritmo, al menos hasta la primera transición.
Se puede apreciar mi cara semi-desfigurada por el esfuerzo…y eso que esto era al principio !
Llegamos a esta (que era transición de sacarse esquis, llevarlos en las manos o mochila y andar un par de metros caminando/corriendo) y los 3 primeros nos íbamos pisando los talones/esquís.
El Che salió primero randoneando por el bosque y yo me enganche justo detrás. El 3ro se demoro un par de segundos extras y al tiro le pusimos una distancia considerable, lo cual me tranquilizo un poco. Metidos en el bosque, tratando de abrir camino donde no había, ví que el Che andaba no-tan-a-fondo- como de costumbre y decidí ganarle una curva para ponerme adelante.
La gloria de este momento me duro pocos segundos por que salimos del bosque (yo 1ro y el pisándome los esquís) y nos tocaba patear por una ladera de cerro que estaba con mucha nieve y cero huella marcada. El sufrimiento de abrir camino y tratar de empujar el ritmo me duro pocos minutos, por que me volvió a pasar apenas la pendiente aflojo un poco. Qué deporte más intenso por la chucha. Llegamos a la primera bajada -corta- del día bien pegados y con el 3ro que tampoco aflojo el ritmo.
En la transición me saco un par de valiosos segundos, pero yo tampoco lo hice tan mal y más por miedo que por otra cosa, me tire de cabeza para trata de alcanzarlo. La visibilidad era tan mala, que ir bajando de primero; tratando de ver donde estaban las banderas y además esquiando como campeón era demasiado para mi.
De vuelta a poner pieles y el Che se me vuelve a escapar un poco en la trepada y a mi me empieza a pegar el desgaste de haber estado empujando a fondo los últimos 3 días. Esta parte de la trepada ya la habíamos hecho el día anterior en la Vertical, así que trato de no desesperarme, pero en eso estaba cuándo el 3ro vuelve a aparecer y llegamos todos muy juntos a la transición para bajar.
El Che como-de-costumbre se vuelve a tirar primero y yo hago la pega y salgo 2do. La visibilidad seguía asquerosa (y con visibilidad asquerosa, no solo me refiero a que se veía poco, si no a que al tipo de luz no permitía ver los relieves y desniveles de la nieve así que básicamente estabas esquiando a ciegas) pero no-sé-como logré enganchar una buena linea y por unos segundos vuelvo a estar 1ro. Puta la wea entretenida.
Concentrado a full tratando de no sacarme la mierda, no perder la dirección y a su vez bajar rápido tratando de preservar algo de energía y piernas para la subida final, El Che me vuelve a pasar y a los segundos después me pasa volando el 3ro. C-T-M. No hay tregua en esto?!
Estábamos los 3 bien cerca, tratando de bajar con nuestros “palitos de fósforos” y de repente, al lado mío, el 3ro se saca la mierda estrepitosamente. Alcanzo a preguntarle si todo OK? Y ni weon, me vuelvo a poner en modo cohete y trato de salir lo más rápido posible de ahí.
Bien orgulloso quede acá de mi nivel de esquí considerando todo; condiciones de la nieve, raja de cansado y estresado por la carrera.
Llegue a la transición de pieles final justo cuándo el Che estaba saliendo a enfrentar la trepada y lo único que pensaba era; “por favor que mi pieles peguen, por favor que mis pieles peguen”. Me tomo un par de segundos extras para asegurarme de que hice todo bien y salgo a enfrentar el muro final con todo lo que me quedaba.
Empiezo a subir ya teniendo un poco claro que al primero no lo pillaba, pero todavía estaba urjido por el 3ro que ya estaba empezando a hacer la transición.
Sin un puto segundo para poder relajarme, empuje a fondo en la subida y llegue a la transición final jadeando como perro de nuevo. Alcanzo a mirar hacia abajo y veo que -por fin- logré meterle algo de distancia al 3ro.
Momento de gloria claramente. Más encima justo la nube de-mierda que había estado tapando todo, se movió por unos segundos y justo pude ver la meta.
La tirada final (ex-qui-si-ta) fue uno de los momentos más ‘altos’ que he tenido este año en términos deportivos y en verdad en términos humanos también. Esos segundos bajando el Hayque, con polvazo y mis palitos de fósforos ya con el 2do asegurado, me hicieron sentir esa exaltación/excitación que hace meses no sentía. La puta gloria.
Al final, 2do por segundo año consecutivo y con más hambre que nunca por dedicarle el tiempo y el esfuerzo que corresponde a esto. Creo que tengo que sacarme la etiqueta (que yo mismo me impuse) de que “no sé esquiar” o “llevo poco tiempo esquiando” y empezar a creerme el cuento de una vez por todas. Tengo claro que estoy a años (literalmente) de poder ser competitivo a nivel real (leáse europeo) en esto, pero al final, acá me ganaron subiendo (qué es lo que se supone debería ser mi fuerte) y no tanto así bajando o “transcicionando” (que tengo que mejorar muchísimo aun) así que no tengo excusas.
foto fome…pero las parado arriba de un cajón por esquís me las merezco.
Lastima que este empezando el verano. Ja.
El skimo es la real locura.
Todos deberían vivir esta experiencia al menos alguna vez. Es difícil cerrar los ojos después de hacer algo así.