el bismarck
Toda historia, suele partir con otra historia. En este caso, al Bismarck le tenía ‘echado el ojo’ hace probablemente unas 2 temporadas, desde que alguna vez caí en un relato del cerrito y vi unas fotos de lo que se encontraba allá arriba, además de leer los clásicos ‘rebotes’ que se pegaba la gente por no encontrar el sendero/linea correcta. En la típica, resulto que me demore harto más de lo que me hubiese gustado en llegar a ver que mierda había acá arriba, pero como en el caso similiar a lo que me paso con El Grat, la espera valió totalmente la pena.
La clásica forma piramidal del Cerrito, con el Plomito a la izquierda. Foto tomada desde los canalones en dirección Nor-Este. A continuación mi relato, que dejo solo a modo de registro personal y que probablemente me sirva cuando sea viejo y quiera leer las cosas “locas” que hacia cuándo “joven”. Además la mayoría de los relatos que uno pilla en internet en modalidad trekking/montaña del cerrito, tienen poco y nada que ver con intentar hacer un cerrito con zapatillas de trail, incluso, si como en este caso, la parte final tiene poco y nada de eso.
Esta claro que intentar el Bismarck, desde un campamento, ya sea en Federación o Piedra Numerada es la mejor opción (ahí uno queda al “pie del cañón” del sendero), pero asumiendo que la idea es hacerlo por el día car-to-car, la 2da mejor opción sería conseguirse el acceso por Tres Puntas y partir desde ahí. Lo menos recomendado sería partir del Bike Park (clásico) por que la pateada es -casi- innecesariamente larga, sobre-todo considerando que hacer el cerrito ya es como lo suficientemente largo para agregar la tirada desde abajo.
Cruzar el Rio Molina (así se llama?) no tiene ninguna complejidad en verano, pero al menos nosotros no encontramos un forma de pasarlo sin mojarnos, lo cuál puede no ser la mejor opción si se considera que esta recién es la partida ‘oficial’ a trepar el cerro y, a quien le gusta patear con los pies/zapatillas mojadas? El sendero parte-de-una subiendo por un brazo del cerro. Imposible perderse acá. Hay un par de huellas; pero como siempre, todos los caminos llevan a Roma, así que no vale la pena estresarse por cuál huella tomar.
Una vez terminado este primer pateo (que se hace duro por que la pendiente es brava y el terreno suelto) uno llega a un especie de ‘mini-anfiteatro’ rodeado de canalones. Acá esta el primer punto de la ruta donde hay que tomar una decisión: o seguir por la huella (que en verano esta full marcada) que te lleva en dirección a la derecha y le da una vuelta completa a los canalones, o sencillamente, apuntar en dirección al cerro mismo y elegir un canalón para montarse en el plateau de arriba. Nosotros tomamos la opción de seguir el sendero y si bien ‘es rápido’ por que el terreno esta bueno y la pendiente piola, creo que este termina dando una vuelta demasiado larga hacia el lado contrario de la cumbre, lo cual podría ser una perdida de tiempo. La próxima vez intentaría cortar directo por un canalón. Estéticamente me parece más atractivo también.
Una vez arriba de los canalones y siguiendo “el sendero oficial” una llega como a una especie de portezuelo, aun que este es tan grande que la verdad no lo parece. Acá hay que cortar lo antes posible en dirección hacia la Cumbre del Bismarck por qué o si no, el sendero termina apuntando en dirección hacia el cerro El Cepo.
Atravesar ese plateu se hace eterno. Si bien la pendiente es muy tranqui, no hay un sendero claro y uno siente que no avanza nada (probablemente acá la altura hace lo suyo ya que uno esta cerca de los 4.000 msnm en este sector).
Rene, terminando el Plateau eteeeerno. Al fondo a la Derecha se ve la Cumbre del Cerro El Cepo.
Terminando esta sección uno queda a los pies de donde uno creería que parte la trepada final (cosa que realmente no es así…por que el cerro esta lleno de trampas visuales) y empieza la parte ‘más entretenida’ del cerrito. Aparecen los primeros pasos de piedra (nada más complicado que el paso de piedras del Provincia) y el sendero empieza a tomar altura abruptamente.
Terminada esta sección, el ‘sendero’ cambia de dirección y empieza a apuntar hacia lo que uno creería: es la cumbre. Nada complicado acá. Solo harta pendiente y acarreos sueltos que hacen lenta, pero entretenida la ascensión. Desde este punto, las vistas son absurdas. Un verdadero espectáculo a donde sea que se mire.
Finalmente, uno termina llegando como a una cúspide y recién ahí uno se da cuenta, que, no estas ni cerca de estar en la cumbre, a pesar de que por GPS (reloj), solo deberían faltar unos 100–150 de D+ para llegar arriba. Asumo que este es el spot que le llaman el “Filo Cumbrero”.
Acá la cosa se empieza a enredad un poco. Las puntas que uno ve desde abajo claramente, acá van abriendo paso a un verdadero laberinto y obviamente en este punto uno no se puede dar el lujo de descuidarse mucho ni tomar un paso en falso.
Navegando navegando, alcanzamos a reconocer la primera cinta que marcaba un Rapel y tomamos esa dirección. Acá llegué primero y probe el paso de escalada y salió sin mayor esfuerzo, así que a penas subí, baje por ahí mismo a ver si podía hacer la des-escalada también.
Subir siempre es la parte fácil de estos trepes, lo que cuesta más y es mucho más peligroso es bajarse de las rocas.
Rene haciendo la des-escalada del primer rapel de la ruta (foto tomada en la bajada).
La des-escalada salió bien así que seguí avanzando por el filo (que a esta altura, era literalmente un filo que no iba a perdonar una resbalada) y llegue hasta el primer “cortado” de la ruta. Me acuerdo haber leído de este pedazo y cuando vi la altura del forado me hizo todo el sentido del mundo que la gente rapeleara esta sección que no era un juego.
Como andaba sin equipo, rapelear no era opción, pero no me podía dar media vuelta y llegar hasta ahí sin -por lo menos- investigar un poco más la escena. Trate de buscarle por un lado del rapel, pero estaba demasiado expuesto y la altura no me tenía con todos mis sentidos al 100% como para arriesgarme tanto. Afortunadamente, hacia el otro lado (mirando hacia el Pintor/Leonera) la des-escalada se veía muy posible y de menos áltura que el rapel, así que me la jugue. Salió sin ningún problema. Parado allá abajo, estaba seguro que lo que tenía al frente era la cumbre del cerrito, así que cuando me pare arriba de la piedra y mire en dirección hacia el Plomo, fue un verdadero desconcierto ver que la Cumbre estaba-a-la-mierda y todavía me quedaba un pedazo considerable de Filo por recorrer.
Foto tomada en la bajada del 2 Rapel de la ruta y el más largo. Rene esta parado donde empieza el rapel y están los cordines/cintas. Yo des-escale y escale una especie de diagonal a la derecha (donde esta como media blanca la piedra).
Avanzando con la calma pero sin flojear, llegue al 3er Rapel del Filo y obviamente, si ya había llegado hasta ahí, no iba a de-volverme ni cagando sin intentarlo. De nuevo salió bien la des-escalada-escalada (era más fácil que el anterior) y seguí avanzando para finalmente llegar al 4to Rapel (yo juraba que a lo más eran 2 rapeles en toda la ruta).
El 4to era quizás el más corto de todos, pero el lugar que encontré ‘más fácil’ para descolgarse de la pared tenía sus cuidados. Como que había que bajar de lado y tener harto cuidado con los pies, por que más éncima la roca estaba en pésimo estado (como en todo el filo en verdad),así que, que se llegara a soltar una mano no era un chiste.
4ta rapel. Foto tomada de vuelta en la bajada. Este es probablemente el más ‘difícil’ de by-pasear y estuve un par de minutos tratando de encontrar la forma más segura de descolgarme de aquí. La roca es pésima, tiene una altura considerable como para no querer caerse y además, había que bajarlo como en diagonal. Menos mal habían muy buenas manos/pies. Baje/subí justo por donde se ve como una grietita y después hacia la izquierda siguiendo la mancha blanca. Fun.
Finalmente, terminado el 4to Rapel y ya casi desesperado por llegar a la famosa cumbre, empecé a meterle para ver si lo que tenía en frente, era efectivamente el final. Para mi tranquilidad lo era. Gloria.
El Filo se me hizo eterno. Obviamente por que el terreno es lento en sí, por que la altura tampoco te permite ‘volar’ (como en el Grat por ejemplo) y además por qué con cada des-escalada que hacia no tenía certeza de lo que me iba a esperar al otro lado. Navegar por los pedazos de laberinto desgasta mas sicológicamente que físicamente y si uno no esta con la mentalidad adecuada, es fácil querer mandar todo a la mierda y devolverse. En este tipo de terrenos, todo se piensa 2 o 3 veces. Cada avance uno tiene que preguntarse si, eventualmente por cualquier cosa, uno puede volver por ahí mismo y eso agota.
De todas maneras, para la próxima (por qué obvio que ahora tengo que ir a hacerla “limpia” sin tantas dudas) ya todo va a ser más fácil, por que sé exactamente como va la ruta y además sé que la puedo hacer en libre.
La vuelta fue por el mismo lado, por que mi partner se había quedado en una de las tantas Falsas Cumbres y además, no andábamos con el equipo para hacer el famoso rapel largo que te descuelga hacia el Norte para conectar con el sector de Federación (bajada corta?). La única variación que hicimos, fue que en que vez de tomar el sendero largo que le da la vuelta a los cañones, cortamos directo por la derecha de uno (en dirección de bajada) y bajamos de una hasta conectar con el sendero por el que subimos.
Don Rene, empezando la bajada eterna justo después de terminar el Filo Cumbrero. Abajo a la derecha se ven los cañones.
El cerro es una joya. Eterno, duro y semi-técnico como ninguno de sus vecinos, pero de todas maneras vale la pena. Acá esta la ruta y los datos técnicos en Strava.
No le recomendaría a nadie que no conozca que fuera a intentar hacer todo en libre y menos en la primera vez, por que si bien el cerrito no tiene pasos realmente complicados y son puros trepes, des-escaladas simples, la roca es muy mala y la altura puede jugar una mala pasada y un accidente -incluso leve- puede ser fatal allá arriba.
El cerro es totalmente un must para cualquiera que disfruta de los cerritos que involucran un poco más que ‘que echar pata’. Para una primera vez, mínimo ir con el equipo para hacer rapel y así no pegarse gran parte de la trepada, para darse cuenta que no vas a poder hacer cumbre por que no llevaste el equipo correcto.